MENDOZA, ARGENTINA - No por primera vez en los 煤ltimos meses, la provincia de Mendoza ha lanzado un experimento de pol铆tica p煤blica que est谩 galvanizando un fuerte apoyo y una cr铆tica feroz en casi igual medida.
Anteriormente, las autoridades provinciales llamaron la atenci贸n por su disciplina presupuestaria, una rareza en la Argentina que gasta libremente, y por su c谩lida bienvenida a Uber, que ha estado encerrado en una batalla legal en Buenos Aires durante dos a帽os.
La 煤ltima reforma de Mendoza es el recientemente aprobado Codigo de Faltas, o C贸digo de Infracciones, que busca mejorar la calidad de vida sancionando todo, desde manifestarse ilegalmente hasta tirar basura en la calle.
Las restricciones parecen razonables, pero la conducta dirigida, como las manifestaciones espont谩neas, es un lugar com煤n en las grandes ciudades de Argentina.
Por ejemplo, en Buenos Aires, a menudo es dif铆cil navegar por las aceras y calles debido a las protestas y los piquetes.
En ciertos lugares, las demostraciones no solo son inconvenientes, sino tambi茅n peligrosas. Las recientes protestas en el Congreso nacional en Buenos Aires han involucrado armas que destruyeron monumentos, hirieron a la polic铆a y perturbaron la actividad legislativa.
"Imagine un pa铆s donde no hay protestas todos los d铆as, amenazas y piquetes, u hombres que le cobran por cuidar su autom贸vil cuando estaciona en una calle com煤n", dijo recientemente el actor de televisi贸n Jorge Lanata sobre las reformas de Mendoza. "驴Esto es Suiza o Mendoza?"
Para el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, la iniciativa refleja una clara creencia de que el presidente Mauricio Macri no es el 煤nico l铆der pol铆tico argentino dispuesto a desafiar la cultura pol铆tica de Argentina.
Adem谩s, para Cornejo, las restricciones en el Codigo de Faltas representan el sentido com煤n. Como ejemplo, se帽ala a los trapitos, los ropavejeros ubicuos que presionan a los conductores supuestamente para proteger sus autos estacionados. "驴Por qu茅 cualquiera de nosotros tiene que pagarle a alguien, sin autoridad, para que cuide nuestro auto en una calle p煤blica?,鈥 pregunt贸 Cornejo en una entrevista.
La represi贸n de Mendoza contra las infracciones menores recuerda a la teor铆a de las ventanas rotas adoptada en la d茅cada de 1990 por el alcalde de la ciudad de Nueva York, Rudy Giuliani, quien busc贸 librarse de los lavadores de parabrisas conocidos como squeegee men.
Sin embargo, en Argentina, un pa铆s con un largo recuerdo de la dictadura, las reformas de Cornejo han provocado denuncias de defensores de los derechos humanos. Los cr铆ticos, culturalmente reacios a la polic铆a de mano dura, han acusado al gobernador de reprimir la disidencia.
"Usted habla del sentido de peligro de la gente y luego introduce la persecuci贸n, como criminalizar la protesta p煤blica", dijo la ex senadora de Mendoza Noelia Barbeito.
Otros han expresado sus temores de que la b煤squeda del gobernador por el decoro podr铆a criminalizar las confrontaciones triviales. Un d铆a despu茅s de la aprobaci贸n de la ley, un profesor de escuela de Mendoza se quej贸 de un padre descort茅s, insistiendo en que las cr铆ticas de los padres hab铆an violado el art铆culo 47 de la nueva ley. La presunta violaci贸n conlleva una multa potencial de $ 700 d贸lares o 15 d铆as en la c谩rcel.
"Por mucho que queramos que nuestra gente est茅 segura, esto es una dictadura de muchas maneras", dijo un funcionario sindical en Mendoza. "Amenazas a alguien con la c谩rcel, por una ofensa menor, para mantenerlos en silencio".
Cornejo, sin embargo, dice que est谩 comprometido a lograr un equilibrio entre las libertades civiles y el orden p煤blico. Como ejemplo, se帽ala el 茅xito de la provincia en la regulaci贸n de las manifestaciones, que antes ocurr铆an sin permisos, como es com煤n en Buenos Aires.
"Creemos en el derecho a manifestarse, absolutamente", me dijo uno de los principales asesores de Cornejo. 鈥淧ero ese derecho se conserva mejor teniendo en cuenta las vidas de las personas que quieren ir a trabajar, que necesitan ir a un hospital, a una escuela, a una oficina. Nosotros en el gobierno respetamos el derecho a protestar. Los manifestantes deben respetar los derechos de los dem谩s a vivir una vida normal ".
David Smith, un ex corresponsal extranjero y diplom谩tico de la ONU, es colaborador especial del Proyecto Argentina del Programa Latinoamericano del Woodrow 浪花直播 International Center for Scholars.
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